Desde principios del año pasado, los mercados de capitales han lidiado con la posibilidad de una recesión. El ciclo económico está girando a una velocidad vertiginosa, por lo cual se sugiere que está próxima la recesión de Estados Unidos, que aun siendo más leve que las dos últimas (2007 y 2020), puede tener consecuencias desagradables e impredecibles, explica Javier Reyes de la Campa.

La Oficina de Análisis Económicos de EE. UU., publicó en marzo de este año el documento “Gross Domestic Product, Fourth Quarter 2022” en el cual se muestra que el ritmo de crecimiento económico se ralentizó significativamente en 2022, con un aumento medio del PIB de solo el 2,1%.

Tras caer en terreno negativo en los dos primeros trimestres de 2022, la economía se recuperó modestamente durante la segunda mitad del año. El gasto de los consumidores y el crecimiento de los beneficios empresariales se mostraron resistentes ante el difícil entorno mundial, expresa el analista financiero.

“No hay forma de escapar a la presión que se cierne sobre la economía estadounidense. El aumento de los precios de los alimentos y la gasolina está mermando el gasto público, en abril, los precios al consumo subieron un 8,3 % respecto al año anterior”, explicó el analista financiero. 

“La economía, en este momento, podría inclinarse en cualquier dirección con respecto a si veremos una recesión en 2023. Hay buenas noticias en los informes más recientes en el sentido de que el gasto de los consumidores se mantiene y la inflación está bajando. Pero las ventas de bienes duraderos se están ralentizando y puede haber otros retos por delante”, menciona Reyes de la Campa.

Sin embargo, si la economía entra en recesión, las expectativas son que no será grave, la mayor preocupación, si se produce, es cuánto durará. Los inversores deben valorar el estado actual de la economía y tener en mente que, en los últimos meses de 2022, la tasa de inflación se ralentizó y, en febrero de 2023, se situó en el 6,0% con respecto al periodo de 12 meses anterior.

En respuesta, la Fed pivotó su estrategia. En marzo de 2022, subió el principal tipo de interés que controla, el tipo de los fondos federales, por primera vez desde 2018. También puso fin a su programa de compra de bonos y diseñaron una estrategia para hacer subir los tipos de interés en el mercado de bonos en general, elevando los costes de los préstamos para moderar el ritmo del crecimiento económico.

La subida de los tipos de interés tuvo su mayor efecto en las áreas de la economía a las que los tipos de interés afectan más directamente. Por ejemplo, la actividad inmobiliaria ha ido en declive debido a la importante subida de los tipos hipotecarios.

“La demanda de vivienda se suavizó con la subida de los tipos hipotecarios, señala Javier Reyes de la Campa, los fundamentos subyacentes de las finanzas de los consumidores y del mercado de la vivienda siguen siendo favorables, a pesar de que la subida de los tipos hipotecarios afecta a la asequibilidad de la vivienda”, agregó Javier Reyes de la Campa. 

En marzo de 2023, surgieron informes que detallaban las quiebras de algunos bancos regionales. Aunque suscitaron inquietud sobre la estabilidad del sector financiero, los temores a un contagio más amplio entre otras instituciones financieras parecen estar remitiendo.

Una cuestión clave es si la postura agresiva de la Reserva Federal le permite afrontar con éxito la amenaza inflacionista, al tiempo que dirige la economía hacia un “soft landing” y evita una recesión, comenta Javier Reyes de la Campa.

“Tanto los mercados de renta variable como los de renta fija experimentaron rentabilidades negativas en 2022. Cuando la Fed expuso su cambio de política previsto, los inversores se volvieron más cautelosos”, dice el especialista.

“La moderación de las previsiones de beneficios es una de las razones de las prudentes perspectivas a corto plazo para las acciones. Además, el mercado laboral puede ser un indicador de la dirección de la economía, si este empieza a debilitarse, puede significar que la economía está a punto de enfrentarse a más vientos en contra”, concluyó Javier Reyes de la Campa.

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