El análisis reciente de la OCDE revela una disminución significativa de la inflación de precios al consumidor, pasando del 10.7 % en octubre de 2022 al 6.2 %. Sin embargo, la persistencia de este aumento generalizado y sostenido de los precios supera los niveles del año anterior.
Este estudio se centra en cinco indicadores cruciales, incluyendo la inflación básica y las expectativas de inflación, destacando una realidad desconcertante que sugiere que la inflación podría estar arraigada más profundamente que en el año precedente. Las naciones de habla inglesa enfrentan desafíos distintivos. Australia experimenta un aumento significativo del 7.1 % en los costos laborales, superando a otras naciones. Gran Bretaña, por otro lado, lidia con la inflación básica más alta del 6.1 %, reflejo de presiones económicas únicas.
Las discrepancias en los estímulos fiscales entre estas naciones durante la pandemia desempeñan un papel valioso en la perpetuación de la inflación. Un estímulo fiscal un 40 % más generoso, junto con subsidios para los hogares, distingue a estas naciones. Además, políticas monetarias agresivas podrían haber contribuido a las presiones inflacionarias.
En contraste, Asia, especialmente Japón y Corea del Sur, ofrece una perspectiva diferente. Su experiencia histórica con la baja inflación destaca la importancia del contexto histórico. Las naciones europeas, como Italia y España, ilustran el impacto positivo de las medidas políticas para frenar el aumento de los precios de la energía.
En Estados Unidos, la persistente inflación desde marzo de 2021 plantea preguntas críticas. A pesar de la disminución de las tasas de inflación, persisten las preocupaciones, ya que la inflación permanece notablemente por encima del objetivo del 2 % de la Reserva Federal.
Examinando el impacto de la política monetaria, las fluctuaciones en las tasas de interés de la Reserva Federal han generado un escenario intrigante, menciona el analista mexicano. Aunque las tasas han aumentado, el consumo real, impulsado por bienes, permanece por encima de la tendencia debido a los excesos de ahorros personales durante la pandemia, subraya. A medida que la inflación se desacelera, varios riesgos acechan en el horizonte. Un resurgimiento en los precios de la energía, una inflación obstinadamente alta en los servicios y un creciente déficit federal plantean amenazas potenciales.
Después de un sólido rally, el S&P 500 experimentó una corrección. Posible movimiento para igualar el máximo histórico a fin de año o a principios del próximo. Su postura se basa en la creencia de que las subidas de tasas de interés de la Reserva Federal lograrán un “aterrizaje suave.”
Informes recientes de una inflación menor a la esperada, la disminución de los precios del petróleo y la gasolina, y un sólido crecimiento del PIB han alimentado el optimismo entre los expertos para la temporada navideña. Aunque anticipa un continuo rally del mercado este año, posibles amenazas, haciendo hincapié en tensiones geopolíticas y las elecciones presidenciales en EE. UU. como posibles desencadenantes de volatilidad.
A pesar de estos posibles obstáculos, la última temporada de ganancias indica un retorno al crecimiento de las ganancias, respaldando una perspectiva positiva para las acciones en 2024, con la expectativa de que el S&P 500 cierre el año alrededor de los 4,700 puntos.
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