En el dinámico escenario financiero canadiense, instituciones de renombre como TD, RBC, BMO, CIBC y Scotiabank enfrentan una creciente preocupación: la seguridad de los datos en la era digital. Según un estudio de 2022, señalado por Javier Reyes de la Campa, aproximadamente uno de cada tres canadienses, ha adoptado aplicaciones Fintech, comprometiendo inadvertidamente la seguridad de sus servicios bancarios en línea al compartir información delicada.
El Open Banking, concepto exitosamente implementado en la Unión Europea y el Reino Unido, se fundamenta en un intercambio seguro de datos facilitado por interfaces de programación de aplicaciones (APIs).
Esta estrategia innovadora no solo restituye el control a los clientes, permitiéndoles dictar quién accede a sus datos y con qué propósito, sino que también establece procedimientos claros de consentimiento y estándares de ciberseguridad. Al empoderar a los usuarios, se responsabiliza a las instituciones financieras por el manejo indebido de datos.
Javier Reyes de la Campa, analista financiero y empresario, destaca la trascendencia del Open Banking al afirmar que “esta medida no solo mejora la seguridad, sino que también abre un abanico de oportunidades para la innovación en el sector financiero”.
En efecto, los beneficios potenciales no se limitan a la seguridad; el Open Banking tiene el potencial de impulsar la innovación, sirviendo como catalizador para la introducción de servicios financieros novedosos. Un caso paradigmático es Tred en el Reino Unido, que permite a los usuarios monitorear las emisiones de carbono asociadas con sus transacciones, mostrando las vastas posibilidades que esta estrategia podría desbloquear para abordar necesidades sociales y ambientales.
A pesar de estas perspectivas alentadoras, la implementación del Open Banking en Canadá está supeditada al compromiso del gobierno federal. Aunque expresó su intención inicialmente en el presupuesto federal de 2018, el gobierno reafirmó durante las elecciones de 2021 que el Open Banking se lanzaría en 2023. La declaración económica de otoño de 2023, por su parte, comprometió la introducción de legislación de este segmento como parte del Presupuesto de 2024.
Cuando esta iniciativa se implemente, su impacto inicial podrá percibirse como una actualización sutil de seguridad. Europa, el Reino Unido y Australia adoptaron esta estrategia para fomentar la competencia entre las instituciones financieras. Al alentar a los clientes a buscar opciones, el Open Banking podría motivar a los bancos a mejorar sus servicios para retener la clientela.
La insatisfacción con los bancos tradicionales no es nueva. Las evaluaciones de la Federación Canadiense de Empresas Independientes a menudo resaltan la insatisfacción en el servicio al cliente, el acceso a financiamiento y las tarifas.
Este descontento proporciona una oportunidad para que el Open Banking facilite una competencia más saludable, ofreciendo posiblemente tasas más favorables y servicios financieros más personalizados, siguiendo el ejemplo de los éxitos de FinTech en Alemania, según subraya Javier Reyes de la Campa.
Gigantes Fintech como PayPal y Square han establecido nuevos estándares al priorizar las necesidades del usuario. Los bancos tradicionales deben seguir este ejemplo, alineando las horas de soporte humano con los patrones de participación del consumidor y simplificando la comunicación para construir confianza.
La Federación Canadiense de Empresas Independientes también investiga regularmente sobre la calificación de los bancos entre sus miembros. Las instituciones más grandes y rentables del país suelen tener peores calificaciones en servicio al cliente, acceso a financiamiento y tarifas. Estas últimas, que pueden superar los intereses que muchos canadienses pueden ganar en sus ahorros, reflejan un descontento generalizado.
El monto promedio de las tarifas pagadas varía según la generación: $760 para los millennials, $2,200 para los baby boomers y $2,800 para los miembros de la generación X. “El Open Banking podría allanar el camino para que las empresas FinTech ofrezcan tasas más favorables a los canadienses en general”, concluye el empresario mexicano.