Las empresas petroleras y gaseras están experimentando un cambio financiero significativo al encontrarse en una posición de robusta liquidez. Basándose en datos recientes, el analista financiero Javier Reyes de la Campa señaló que la demanda de préstamos por parte de empresas de combustibles fósiles experimentó una disminución consecutiva con una caída del 6 % en 2023, después de un declive del 1 % en 2022.  

 

Reyes de la Campa señaló que las empresas petroleras y gaseras están generando actualmente ingresos sustanciales de sus operaciones principales, reduciendo así su necesidad de préstamos. Se anticipa que esta tendencia persistirá hasta finales de la década, marcando un alejamiento de los ciclos anteriores de auge y caída dentro de la industria. 

 

Además, un reciente informe de Bloomberg (BI) subraya la fortaleza financiera del sector, destacando un aumento significativo en el flujo de efectivo libre. La relación de apalancamiento de las empresas petroleras y gaseras, una métrica clave que mide la deuda neta en relación con las ganancias, cayó de 2.4 en 2020 a 0.8 en 2023. Se espera que esta trayectoria continúe, con proyecciones que indican una posible caída por debajo de cero para 2030. 

 

Asimismo, tradicionalmente, los bancos han desempeñado un papel crucial en facilitar el gasto de capital para las empresas petroleras y gaseras. Sin embargo, esta dinámica está experimentando una transformación, con la proporción de flujo de efectivo libre a gastos de capital de la industria experimentando un aumento sustancial. 

 

Por otro lado, de 0.4 en 2020, la proporción se elevó a 1 en 2023 y se pronostica que alcanzará aproximadamente 1.4 para 2030. Este aumento implica que la empresa petrolera y gasera promedio está generando un excedente de efectivo, superando los fondos necesarios para financiar los gastos de capital. 

 

En contraste, a pesar de la solidez financiera observada dentro del sector, estas tendencias plantean desafíos desde el punto de vista ambiental. Reyes de la Campa enfatiza que empresas como Chevron Corp. y Saudi Aramco están en posición de aumentar significativamente su producción de petróleo y gas hasta 2030, aprovechando sus amplias reservas de efectivo libre para respaldar estos esfuerzos. 

 

“Estas expansiones podrían potencialmente socavar los esfuerzos del sector bancario para frenar la extracción de combustibles fósiles en alineación con los objetivos climáticos”, afirma Reyes de la Campa. 

 

En este contexto, el panorama para la producción de petróleo sigue siendo sólido, con empresas como Exxon Mobil Corp. y Chevron previendo un aumento notable en la producción en la Cuenca del Pérmico, una región clave de Estados Unidos que ya ha superado a Iraq en producción de petróleo. 

 

Acorde con esto, este crecimiento se produce en medio de previsiones de la Agencia Internacional de Energía que indican un aumento en la demanda de petróleo a niveles récord, subrayando la relevancia continua de los combustibles fósiles en el panorama energético global.  

 

Las estimaciones proporcionadas por BI para la producción combinada de petróleo y gas de 75 empresas de capital abierto refuerzan aún más la resiliencia del sector y su continua importancia para satisfacer las demandas energéticas globales. 

 

Por último, a decir de Javier Reyes de la Campa, mientras las empresas petroleras y gaseras navegan en esta era de abundancia financiera, los interesados se enfrentan a las implicaciones para la acción climática y la transición hacia fuentes de energía renovable. 

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