Firmas como J.P. Morgan, BNY Mellon y Goldman Sachs Asset Management han dado a conocer sus primeras percepciones para el año 2024, centrándose principalmente en el terreno de la inversión. En el marco de estas perspectivas, factores como la automatización, la inteligencia artificial, la transición energética y las tecnologías emergentes emergen como puntos centrales que configuran oportunidades de inversión.

 

En respuesta a este impulso, se destaca la importancia de carteras que vayan más allá de los benchmarks convencionales. Cambios matizados en las previsiones de inflación, resaltando los impactos de la productividad de la inteligencia artificial en los mercados desarrollados, mientras señala una disminución en los mercados emergentes.

 

Por su parte, J.P. Morgan Wealth Management subraya el papel fundamental de las LTCMAs en la configuración de carteras diversificadas alineadas con los objetivos sostenibles de los clientes. La destreza institucional integrada en las LTCMAs amplifica la toma de decisiones en 200 clases de activos y estrategias.

 

Con una asignación del 25 % a activos alternativos, J.P. Morgan Asset Management pronostica un rendimiento anual del 7.0 % para una cartera de acciones y bonos 60/40 en dólares estadounidenses.

 

Simultáneamente, el banco introduce JBND en el NYSE Arca, un ETF gestionado activamente que adopta un enfoque bottom-up y orientado al valor. La creciente demanda de soluciones activas de renta fija, posicionando a JBND como una adición destacada a sus capacidades de ETF activos.

 

Cambiando el enfoque hacia BNY Mellon, sus CMAs ofrecen una señal direccional para los inversionistas a 10 años, anticipando una re-calibración en las políticas de los bancos centrales. Las previsiones sugieren recortes en las tasas de interés en 2024, aunque en niveles elevados en comparación con la era posterior a la Crisis Financiera Global.

 

Las proyecciones clave incluyen rendimientos elevados en acciones estadounidenses impulsados por avances en inteligencia artificial y un rendimiento de bonos proyectado del 4.8 % en la próxima década. Las inversiones alternativas emergen como posibles destacadas, aprovechando oportunidades provenientes de la angustia económica y las desviaciones en los precios de los activos provocadas por tasas de interés más altas.

 

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Por su parte, BNY Mellon posiciona estratégicamente fondos de cobertura y gestores de activos privados para aprovechar un conjunto de oportunidades expandido.

 

En cuanto a la perspectiva de Goldman Sachs Asset Management, su informe “Abrazando Nuevas Realidades” delinean cinco temas cruciales que dan forma al panorama de inversión de 2024. Tasas de interés prolongadamente altas, un superciclo electoral, el influjo transformador de la inteligencia artificial, facetas intrincadas de la inversión sostenible y las imperativas de la gestión activa y la mitigación de riesgos en un entorno de tasas y conmociones geopolíticas.

 

El informe destaca las estrategias de inversión activa, la diversificación y la gestión de riesgos como respuestas vitales a los desafíos planteados por la inflación elevada y las tasas de interés elevadas. Se defiende la inversión en activos privados y alternativos por su potencial para proporcionar rendimientos más altos con correlaciones bajas a negativas con los mercados públicos, amplificando la resistencia de la cartera.

 

Al llegar al umbral de 2024, las percepciones de J.P. Morgan, BNY Mellon y Goldman Sachs Asset Management convergen en una directriz unánime: la asignación estratégica de activos, la gestión activa y la diversificación sirven como fundamentos clave para posicionar las carteras hábilmente en los dinámicos años venideros.

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